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Deltawerk, el monumento de concreto en Holanda que es creado a partir de máquina de olas.

Una cuenca de concreto de 250 metros de largo, construida en los Países Bajos en 1977 para probar las defensas contra el aumento del nivel del mar, será derribada y se inundará para formar esta obra de arte colosal.

Los estudios holandeses RAAAF y Atelier de Lyon transformaron la Delta Flume en Waterloopbos que estaba en desuso para crear la enorme instalación, considerada como “un monumento de la lucha holandesa contra el agua”.

El Deltawerk, como es llamado, es una estructura que consta de una serie de bloques de concreto colocados uno contra el otro. Estas losas están rodeadas de agua y muchas de ellas parecen listas para derrumbarse en cualquier momento.

El Delta Flume fue uno de los numerosos presas, diques y esclusas que fueron construidos a lo largo de la costa de los Países Bajos a mediados del siglo XX. Formó parte de Delta Works, que vio a la nación probar diferentes enfoques para la gestión del agua.

El objetivo del laboratorio hidrodinámico en Waterloopbos fue probar cómo los deltas indestructibles podrían servir en la batalla contra las inundaciones, una tecnología que se considera uno de los mayores logros científicos del país.

La larga cuenca de concreto sirvió como máquina de olas, lo que permitió a los ingenieros experimentar con olas de tsunami bajo el nivel del mar.

“El Waterloopbos era esencialmente un laboratorio tan grande como una pieza completa de paisaje, donde se podían llevar a cabo modelos a escala y pruebas 1:1, que informaban sobre el diseño y la ingeniería de los trabajos de Delta en la costa, y también algunas obras hidráulicas más adelante.”, explicó Ronald Rietveld, cofundador de RAAAF.

“El Delta Flume sigue siendo la construcción permanente más impresionante en este panorama de modelos a escala”, aseguró Rietveld.

El laboratorio de pruebas cerró hace una década y, naturalmente, el sitio cayó en declive.

Pero a raíz de una propuesta no solicitada de RAAAF y Atelier de Lyon, el gobierno nombró el sitio como monumento nacional. Luego, los dos estudios fueron invitados a transformar la vieja máquina de olas en una obra de arte a gran escala.

Los dos estudios habían trabajado juntos en Bunker 599, un proyecto que vio cómo se redujo a la mitad un redundante bunker de la Segunda Guerra Mundial.

Su idea era tallar aberturas en las paredes de 800 milímetros de espesor, para enmarcar las aberturas de los alrededores. Las piezas talladas se giraron 90 grados y se colocaron en el interior de los huecos.

Los diseñadores también excavaron la arena alrededor del canal, permitiendo que el agua de mar envolviera la base del concreto.

“Deltawerk cuestiona la búsqueda de la indestructibilidad, y al mismo tiempo sirve como un experimento en la generación activa de la ruina”, agregó Rietveld.

“Este nuevo espacio ofrece una experiencia espacial intensa de luz, sombras y reflejos, al tiempo que abre vistas sobre los alrededores de Waterloopbos”.

La instalación tardó siete meses en completarse, lo que, según Rietveld, fue breve, “para una escala tan masiva y un proyecto técnicamente complejo”.

La escultura quedará ahora a la vista del público de forma permanente, según los diseñadores, es prácticamente indestructible.

“Incluso puede sobrevivir otros mil años”, agregó Rietveld. “En un futuro cercano, las losas serán colonizadas por musgos y helechos; cambiarán a través de los días, las estaciones y los años”.

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